domingo, 2 de junio de 2013

Todo tiene un fin

Hoy ha sido un día de sentimientos encontrados, de sensaciones opuestas, hoy ha sido un día de esos que no me gustan. Por una parte, feliz. Después de cuatro años de esfuerzo mis compañeros y yo hemos conseguido aquello por lo que hemos peleado. Esfuerzo, sufrimiento, recompensa, tristeza, alegría, cansancio, fracaso, éxito...son tan solo algunas de las palabras que definen este tiempo y sin duda, son contradictorias entre ellas. Igual de contradictorio que este final: la alegría de haber conseguido llegar hasta donde deseábamos combinada con la tristeza de la despedida. Cuatro años de fantástica rutina dan para que se forjen amistades a través de experiencias, viajes, fiestas, horas de clase. Ha habido ocasiones en los que unos nos hemos tenido que apoyar en otros en los momentos más bajos de cada uno y por supuesto, ha habido situaciones en las que hemos podido disfrutar como niños que aún somos. Personalmente, puedo decir con rotundidad que han sido los mejores cuatro años de mi vida (aunque aún sea un novato en esto de la vida). He podido vivir momentos que van del amor al odio, de la alegría a la tristeza, de las sonrisas a las lágrimas. También he conocido gente, mucha gente. Ha sido increíble sentir como cada persona que vas conociendo te va aportando un poquito. El tremendo proceso de un tímido "hola", a un efusivo "te echaré de menos". Es algo que, sin duda alguna, no cambiaría por nada. Recuerdo perfectamente a aquellos que me decían por que me iba a estudiar a Vigo teniendo Santiago o Coruña tan cerca y hoy les puedo contestar que todo lo que siento acerca de esa decisión está a años luz del arrepentimiento. Y como podría olvidarme de mi paso por Madrid. Una experiencia insólita con dos grandes amigos, además de los compañeros de clase y los no compañeros que tuve la fortuna de conocer. Nuevamente, los momentos y el acogimiento fue tremendo, mejor a medida que pasaba el tiempo, pero como todo, siempre hay una despedida. Sin duda son personas con las que estoy orgulloso de mantener el contacto a pesar de la distancia. Por que como dije una vez, la distancia no es el olvido, el olvido es no preocuparse de sentir.
No existe una palabra exacta para definir lo que siento ahora mismo, después de tanto. Quizás es por la imposibilidad de definirlo por lo que sea tan mágico. Lo que si se, es que son muchas cosas las que nos mantienen unidos y que es muy difícil que se rompan con facilidad. Y con esfuerzo claro está.

Creo que solo me queda dar las GRACIAS a todos aquellos que habéis estado ahí, por que todos formáis parte de esto que ahora se acaba. Daros las gracias por haberlo compartido todo conmigo, por ayudarme a mejorar. Son cuatro años que no olvidaré, cuatro años llenos de personas que no olvidaré. 

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