sábado, 15 de diciembre de 2012

A donde nos dirigimos?

La noticia sobre la desgracia ocurrida hoy en Estados Unidos, me hace plantearme una serie de cosas y reflexionar sobre ellas. Si hacemos un somero repaso a estos últimos meses se me vienen a la memoria casos de suicido por algo muy común en estos tiempos, los desahucios. Lo que me preocupa de esto es eso, se está convirtiendo en algo muy común. Hoy mismo se ha dado el último caso y para encontrarlo entre las noticias de la web de un importante periódico es necesario ponerse a la altura de la noticia de que Berlusconi tiene novia o que Hilary Clinton se pone los rulos ella misma. Increíbles, impactantes las palabras de Clinton. No se trata de que esta noticia nos conmueva de la manera que lo hace el suceso de Newtown si no de algo mucho más importante. En que momento se ha decidido que es más valioso evitar que un banco pierda algo de dinero por un impago a que una persona no pueda gozar de una derecho fundamental y aún más, se quite la vida por ello. En que punto hemos decidido que tiene más importancia lo económico que los social o humano. Que me expliquen cuando ha sido eso, yo me lo he perdido.

Me imagino que cuando se emitieron los primeros telediarios por televisión, las imágenes de gente sufriendo impactaban y hacían al informado más sensible. Sin embargo, hoy en día, nos levantamos, revisamos la actualidad, echamos un suspiro por lo mal que va el mundo y nos vamos a estudiar o trabajar con la mayor tranquilidad, pensando que eso no va con nosotros, no tenemos que ver en ello. Quizás no tendremos nada que ver de manera directa, pero indirectamente todos hemos decidido llegar hasta aquí y solo nosotros decidiremos si esto sigue así. Decidiremos el punto hasta el que llegan las repercusiones de la situación económica. Seguiremos pensando en si las acciones egoístas que cometemos por naturaleza son o no más rentables que ayudar a nuestro vecinos. Pero también valoramos el valor que otorgamos a la vida humana, hasta donde es necesario llegar para mantener el sistema actual. Mientras tanto, nuestra sociedad se resquebrajará cada vez más, seremos cada día un poco más egoístas sin plantearnos el efecto mariposa que puede desencadenar cada una de nuestras acciones.

Una vez más, la pelota está en nuestro tejado y nuevamente, a nosotros nos tocará decidir como jugar con ella. De nosotros depende.