martes, 13 de mayo de 2014

Renuncio

Te propongo una terapia infalible. Durante una semana no veas la televisión. No uses Facebook. No veas vídeos en Youtube. No leas tuits. Podría seguir, pero solo con esta receta verás como tu capacidad crítica comienza a aumentar de manera significativa. Quizás, siendo optimista, te atrevas a pasar una semana más sin usar estas herramientas. Hay quien dice que vivimos en la Sociedad de la Información aunque esto puede ser discutible. Hoy, más que nunca, tenemos acceso a todo aquello que nos propongamos. Podemos informarnos de cualquier ámbito del conocimiento humano, CUALQUIERA. Podemos conocer la historia del mundo, de cualquier país o de cualquier ciudad para minimizar los errores. Podemos llegar a comprender, cualquier teoría científica, social, filosófica. Tenemos acceso a cualquier obra literaria o musical. Somos, desde este punto de vista, los humanos más privilegiados hasta el momento. Sin embargo, y para mi propia tristeza, nos conformamos con programas televisivos que inundan nuestra cabeza de información banal, sin importancia, prescindible. ¿Cómo podemos explicar que el primer debate sobre las elecciones europeas (ocurrido este sábado) no se encuentre ni entre los 20 más vistos del día? ¿Cómo puede ser que un programa como El Objetivo o Salvados, a priori críticos, hayan sido menos vistos que la conocidísima película Vínculos que matan? ¿Cómo nos puede indignar tanto que quiten nueve canales de televisión cuando tenemos cuarenta? ¿De verdad necesitamos más telebasura? ¿De verdad es tan difícil no ver la televisión?

Nos empeñamos en hacernos más y más ignorantes, en aislarnos más de la sociedad. Cuando esta más nos necesita, nos encerramos en nuestras casas a ver programas patéticos que muestran lo más repudiable de la especie humana. La mayoría de la población ha minimizado su capacidad crítica a un es lo que hay. Cuando más necesitamos salir a la calle a defender lo que nuestros padres y abuelos han conseguido con sufrimiento, más nos encerramos en casa usando tecnologías que reproducen una realidad virtual, que nos ciega, que nos ata de pies y manos. Reducen nuestra libertad, eliminan becas, reducen servicios sanitarios, aumentan las tasas universitarias, aumenta el paro, aumentan los desahucios, aumenta la pobreza infantil, matan a otros humanos por su color, dejan solas a las personas dependientes, reducen la inversión en cultura, reducen la cuantía de las becas, gastan el dinero en salvar bancos, aumentan las tasas judiciales, hacen al pueblo más ignorante, crean esclavos, crean un mundo injusto, amparan a los grandes defraudadores, suben los impuestos, impiden la Investigación y el Desarrollo, suben el precio de la energía y de los alimentos. ¿Cuántos motivos más quieres para salir a la calle y luchar por lo que es de todos y todas? ¿Acaso no son suficientes? ¿Crees que ellos te ayudarán en un futuro? ¿Crees que Jorge Javier vendrá a "salvarte"?

Renuncio a esta sociedad. Una sociedad marchita, mustia. Sin esperanza ni ánimo de conseguirla. Una sociedad que critica a sus políticos y se ampara en la televisión, con el único fin de aislarse de los problemas que la rodean. Una sociedad que no busca el foco de los problemas y por ende, renuncia a la solución. Inútil, inválida, perdida, inmóvil. Una sociedad que permite que la desprecien hasta puntos impensables, que no protege a los ciudadanos que la conforman, que es manipulada de manera perpetua, que ahoga cualquier pensamiento crítico tachándolo de anti-sistema. Renuncio a que mi vida sea dirigida por aquellos que hoy se preocupan más por quién ganará el reality show de turno que por quién les representará ante el resto de nuestra comunidad. Renuncio a que la ignorancia se trague a la lucidez y sabiduría. Renuncio a vivir bajo una cúpula sobre la cual nos pintan lo que quieren que veamos y no lo que tenemos que ver. Renuncio a este presente y lucharé por un futuro mejor.

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